En el lenguaje fílmico, el guion con la acción, diálogos e interpretación llevan el peso de la narración, pero el poder profundo de la historia reside en la suma de múltiples factores. De alguna manera, siempre que no se haga a propósito, esos factores son los que van a crear la redondez, profundidad y coherencia de la historia.
La dirección artística es uno de estos pilares, igual que la capa sonora, la dirección de la luz, el maquillaje y el vestuario. El atrezo, con los enseres y los espacios arquitectónicos, son parte primordial de la narración. Su presencia, si es certera y de alguna manera sutil (para entrar directamente en el subconsciente del espectador), será un pilar invisible y fundamental en la experiencia fílmica.
Con creatividad y un conocimiento del contexto de la historia, se pueden narrar aspectos que directamente hacen saltar los sensores de la emoción, la conexión y la sensación. Micro estímulos poderosos que marcan la diferencia entre una experiencia profunda y una superflua.
Desde que tenemos una experiencia profunda en el tema, Pablo Quevedo, con su materialismo espiritual*, pone en valor cada mínimo elemento que acompañará a la historia. Por otro lado, contamos con piezas icónicas que nos hacen versátiles, ágiles y económicos.
En este proyecto hemos querido mostrar un entorno mágico, crudo, real, consecuente y lleno de fantasía. Detalles como las camisas todas verdes, los objetos, cuadros, electrodomésticos; todo está en su lugar. Incluso si abrimos un cajón, encontraremos en él parte de la historia, y aunque solo sea por la inercia física de ese peso, los elementos darán fundamento al movimiento del cajón y al trabajo del actor. No emociona igual un cajón vacío que uno lleno de fotos antiguas de personajes.
*Materialismo espiritual. Según Pablo Quevedo, es todo lo que un objeto físico alberga espiritualmente, tanto por su historia, como por el alma de quienes lo han creado en su construcción, y también el bagaje concreto que ese objeto ha adquirido, situaciones y personas que lo han hecho estar donde está y como está.