La película «Koyaanisqatsi» dirigida por Godfrey Reggio y con música de Philip Glass, ha dejado una huella imborrable en aquellos que la han experimentado.

Este impactante y perturbador viaje hacia el amor por el cine documental, la poesía visual y la música como lenguaje fílmico, nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con la madre tierra.

En el año 2023, regresamos de la mano de esta obra maestra a la tierra sencillamente infinita de Zamora, donde un devastador incendio ha dejado una profunda herida en la sierra de la Culebra. Esta catástrofe nos confronta con nuestra falta de conexión con la naturaleza y nos hace replantearnos la importancia de cuidar y preservar nuestro entorno.

El incendio en la sierra de la Culebra, considerado el más grande del siglo en España, ha dejado una cicatriz inmensa en un área equivalente a la isla de Malta. Lo que antes era un paisaje exuberante y lleno de vida, se ha transformado en un terreno desolado y desfigurado por el fuego.

La devastación es palpable a través de la respiración del aire viciado, el silencio inerte y el penetrante olor a madera quemada. Estos espacios tan vivos y vibrantes ahora se presentan irreconocibles, y su pérdida ha causado un profundo dolor en los pueblos que dependían de ellos y en nuestra propia conexión con la tierra que nos sustenta.

La tragedia de la sierra de la Culebra nos confronta con una dura realidad: nuestra falta de conexión profunda con la naturaleza. Como seres humanos, hemos perdido de vista la importancia de mantener un equilibrio armónico con el entorno que nos rodea. Nos hemos alejado de nuestra conexión intrínseca con la tierra, olvidando que somos parte de un entramado inseparable con la naturaleza. La pérdida de este equilibrio tiene un impacto directo en nosotros mismos, y somos nosotros, como seres humanos, los más afectados por nuestra desconexión.

La naturaleza, como una entidad superior, nos superará. Ella nos muestra, a través de esta catástrofe, que el precio que debe pagar es nuestra falta de respeto y cuidado hacia ella. Es momento de escuchar su llamado y tomar medidas para restablecer nuestra conexión profunda con la madre tierra. Debemos aprender de la sabiduría de los pueblos que habitaron estas tierras durante siglos, reconociendo que somos solo una pequeña parte de un vasto ecosistema interdependiente.

A pesar de la devastación, la sierra de la Culebra puede renacer. Como individuos y como sociedad, debemos asumir la responsabilidad de restaurar y preservar este valioso ecosistema. Es importante que nos comprometamos a cuidar de la naturaleza y a tomar medidas concretas para prevenir futuras catástrofes.

A través del arte, como lo demuestra la película «Koyaanisqatsi», podemos encontrar inspiración y despertar una profunda conciencia sobre la importancia de vivir en equilibrio con nuestro entorno.