Había una vez un pequeño studio audiovisual quebue, donde todos eran muy buenos creando videos artísticos y valorando los talentos de la gente. Junto con la agencia Esferic_better_things, decidieron unirse para crear algo muy especial: una pieza audiovisual sobre ciudades sostenibles. ¡Y como siempre, su visión artística les llevó a contar con el talento de Isabel de Olano!

Isabel de Olano era una artista destacada que se dedicaba a la ilustración y el diseño. Ella mezclaba su conocimiento en arquitectura de interiores con su pasión por el arte, y eso la hacía muy especial. Tenía una forma única de ver el mundo y de transmitir sus ideas a través de sus dibujos creativos y dinámicos. Su habilidad con el cúter, el papel y los colores era asombrosa, y podía simplificar grandes conceptos en sus ilustraciones.

Ellos se inspiraron en un cuento llamado «Vuela, Ana!» escrito por Shirley Hughes en 1979. Esta historia contaba la vida de Ana, una niña que tenía dificultades para caminar. Pero Ana tenía algo maravilloso: ¡podía volar en su imaginación! A través de sus vuelos imaginarios, Ana descubría la libertad y la alegría. 

Juntos, decidieron crear un video que combinara la realidad con la imaginación, al igual que en la película «¿Quién engañó a Roger Rabbit?» dirigida por Robert Zemeckis. En esa película, los personajes animados interactuaban con actores reales en el mundo real, y eso les parecía muy emocionante. Querían capturar esa magia y transportar a los espectadores a un mundo donde los dibujos y la realidad se unían.

En quebue, sabían que valorar los talentos de las personas era muy importante. Creían en el arte y en la originalidad, y siempre se esforzaban por crear videos que fueran únicos y especiales. Creían que el arte era algo atemporal, algo que siempre perduraría a lo largo del tiempo.

Así que, con mucha ilusión, crearon esta pieza audiovisual sobre ciudades sostenibles. Querían mostrar al mundo cómo el arte y la creatividad podían contribuir a un futuro mejor. Y gracias al talento de Isabel de Olano, lograron transmitir un mensaje poderoso a través de sus dibujos.

Y así, el video se convirtió en un cuento audiovisual donde la realidad se entrelazaba con la imaginación. Era una historia mágica llena de colores vibrantes, formas encantadoras y emociones que tocaban el corazón. Este cuento inspiraba a grandes y pequeños a soñar en grande, a imaginar un mundo sostenible y a valorar la importancia de cuidar nuestro planeta.

Porque cuando se unen el talento, la imaginación y el arte, ¡las posibilidades son infinitas!